miércoles, 24 de julio de 2013

GHOST


 


Ghost, conocida en idioma castellano como Ghost, la sombra del amor en México, Colombia, Chile, Perú y Argentina, Ghost, más allá del amor en España y Ghost, el fantasma del amor en Paraguay, es un Drama-thriller dramático-fantástico de 1990 protagonizado por Demi Moore, Patrick Swayze, Tony Goldwyn y Whoopi Goldberg, escrita por Bruce Joel Rubin y dirigida por Jerry Zucker. Ganó dos Oscar, a la mejor actriz de reparto (Whoopi Goldberg) y al mejor guion original, y fue nominada a otros tres: a la mejor película, a la mejor música y al mejor montaje.

Sam Wheat (Patrick Swayze) y Molly Jensen (Demi Moore) son una pareja feliz que vive en la ciudad de Nueva York. El único problema en su relación es la incomodidad aparente de Sam al decirle "Te quiero" ("I love you" en inglés) a su novia, ya que sólo le responde a ella ante esto diciendo "ídem" ("igual" en latín) y él nunca es quién toma la iniciativa diciéndoselo a su chica antes de que lo haga ella. Esto molesta a Molly, quien siente que necesita escucharlo diciéndole "Te amo" como respuesta y/o bien en primer lugar antes de que sea ella quien lo exprese.

Una noche, mientras caminan hacia su nuevo apartamento tras una salida al teatro, son atacados por un ladrón llamado Willy López (Rick Aviles). Éste saca una pistola y durante el forcejeo entre Sam y el atracador, la pistola se dispara. Tras el disparo, Sam comienza a perseguir al ladrón, que sale huyendo, aunque finalmente lo pierde de vista. Cuando regresa hacia Molly, se da cuenta de la verdad: el disparo le ha alcanzado en el corazón y ha muerto prácticamente en el acto. Como un espectador invisible, presencia a Molly meciendo su cadáver, intentando desesperada e inútilmente mantenerse con vida, y se da cuenta que se ha convertido en un fantasma, atrapado entre ambos mundos. Las sombras ascienden para llevárselo, pero logra escapar. Poco a poco, logra hacerse a la idea de que ya no está vivo.

En el hospital donde llevaron su cuerpo se encuentra con un anciano, quien también es un fantasma, e intenta reanimarle. En ese momento ven a un paciente que se está muriendo y viene la luz para llevarse su alma, esta sale del cuerpo del paciente, mientras que el anciano dice que tuvo suerte de que no vinieran los otros para llevárselo. Sam intenta preguntarle ¿quiénes son... cuando el anciano desaparece. En su sepelio, Sam ve a una mujer de azul cruzar una lápida mientras ésta le saluda.

Mientras poco a poco va aceptando que ha muerto, y que ya no puede estar con Molly. Sam se da cuenta de que el robo había sido planeado cuando Willy entra en la casa y camina entre sus pertenencias. Sam sigue a Willy hacia su casa y descubre que su amigo y compañero de trabajo, Carl Bruner (Tony Goldwyn), había contratado a Willy para robarle a Sam y así obtener la contraseña del ordenador de su oficina. Carl estaba envuelto en un blanqueo de dinero en el banco en el cual trabajaban él y Sam. Sam había cambiado recientemente su contraseña, encerrando a Carl fuera de las cuentas falsificadas en las que Carl había ocultado el dinero. Sam se llena de resentimiento hacia su supuestamente mejor amigo, pero se da cuenta de que, como fantasma, no puede hacer mucho.

Sam teme que Molly esté en peligro pero él se encuentra indefenso, incapaz de comunicarse con ella en su estado actual. Sin embargo, encuentra a Oda Mae Brown (Whoopi Goldberg), una artista que se hace pasar por médium que irónicamente descubre (después de escuchar a Sam criticando su negocio fraudulento) que realmente tiene el poder de su familia de escuchar a los fantasmas, aunque no puede verlos. Viéndola como su única esperanza de comunicarlo con Molly, Sam comienza a acosar a Oda Mae hasta que ella finalmente se rinde y accede a ayudarlo.

Oda Mae, reticente, llama a Molly y le dice que se está comunicando con Sam, pero Molly es escéptica. Sólo logra convencerla cuando le cuenta cosas privadas que sólo sabía Sam, principalmente su uso de la palabra "ídem".

Mientras perseguía a Willy hasta su apartamento, Sam conoce a un fantasma inquieto (Vincent Schiavelli) rondando en el subterráneo de Nueva York, quien le enseña a mover y tocar objetos focalizando sus emociones en el blanco. También descubre que Oda Mae estaba siendo solicitada por fantasmas provenientes de lugares tan lejanos de Nueva York como Nueva Jersey para que hablase con sus parientes vivos. Uno la posee brevemente, pero este acto baja la energía de los fantasmas. Sam le promete a Oda Mae que ya no la molestarían si lo ayuda.

Mientras tanto, Molly va a la policía, ya que había vuelto su escepticismo acerca de las palabras de Oda Mae. El sargento le asegura que tenía razón al dudar, y que no había carpeta alguna con el expediente de 'Willy López', aunque sí había una gran carpeta con datos de Oda Mae Brown, quien es reconocida entre los policías locales como una impostora.

Sam y Oda Mae deciden frustrar el plan de Carl. Carl había robado cuatro millones de dólares y los había depositado en una cuenta fraudulenta. Bajo las instrucciones de Sam, Oda Mae se hace pasar por 'Rita Miller' (el nombre de la cuenta) para retirar el dinero, Sam le dice que debe entregar el dinero para no ser perseguida por Carl y de mala gana le da el cheque a dos monjas que pedían caridad. Carl entra en pánico cuando se da cuenta de que la cuenta había sido cerrada, y es atormentado por Sam quien, invisible, se comporta como un poltergeist y tipea la palabra "ASESINO" y su nombre numerosas veces en su computadora.

Carl localiza el dinero perdido y termina en la puerta de la casa de Molly, preguntando sobre Oda Mae. Molly cae y revela que Oda Mae era Rita Miller, y que sabía el secreto de que Carl había tratado de acceder a la computadora de Sam. Carl se da cuenta de que el fantasma de su antiguo compañero de trabajo está presente y le dice que regresaría a matar a Molly si no le devolvía el dinero. Sam corre a advertirle a Oda Mae, pero Willy llega poco antes. Oda Mae y sus hermanas escapan mientras Sam aterroriza a Willy, propiciándolo a huir hacia la calle en estado de pánico. Willy es golpeado por un camión y muere, pero su alma no fue llevada por la luz, sino que las sombras comenzaron a convertirse en seres demoníacos quienes lo tomaron a la fuerza y lo arrastraron hacia la oscuridad mientras pide desesperádamente que lo ayuden. Presenciando esto, Sam comprende que esos demonios son los otros que el anciano en el hospital le había mencionado.

Sam y Oda Mae se dirigen rápidamente a advertirle a Molly que está en peligro, pero Molly sigue sin estar segura acerca de Oda Mae; no obstante, se convence luego de que ésta pasa un penique bajo la puerta y Sam usa sus poderes para ubicar el penique en la mano de Molly (Molly y Sam coleccionaban peniques para tener buena suerte). Sam luego usa el cuerpo de Oda Mae para compartir un momento de pasión con Molly, pero Carl, indignado, aparece y amenaza con matar a Molly si Oda Mae no consigue su dinero. Sam es eyectado a la fuerza del cuerpo de la médium y trata de detener a Carl, pero la posesión había bajado la fuerza de sus poderes.

Molly y Oda Mae escapan hacia un desván ubicado sobre el departamento, perseguidas por Carl. Éste trata desesperadamente de atrapar a las mujeres y finalmente atrapa a Oda Mae, empuñando un arma. Molly sale a defensa de la médium, pero Carl la supera y la toma como rehén. La energía de Sam regresa y obliga a Carl a arrojar el arma, permitiéndole a Molly huir sin sufrir daños. Peleando en vano para detener los ataques de Sam, Carl torpemente le arroja un gancho de una grúa. El gancho pasa a través del cuerpo transparente de Sam y golpea una ventana abierta, la cual cae y mata a Carl mientras trata de escapar. Carl ve a Sam cuando su alma sale de su cuerpo y se aterroriza cuando se da cuenta de que murió. Los demonios salen de las sombras y se lo llevan, y Carl expresa arrepentimiento mientras su espíritu es arrastrado a la oscuridad.

Cuando Sam regresa hacia donde estaban Oda Mae y Molly, Molly puede verlo y escucharlo, ya que había asumido una forma parcialmente visible. Luego de despedirse de Oda Mae, comparte un último beso con Molly y le dice que la ama, a lo que ella responde con "ídem". Sam luego se va acompañado por una luz brillante.

LA VIDA ES BELLA


 


La vida es bella (La vita è bella en italiano) es una película de 1997, escrita, dirigida y protagonizada por Roberto Benigni. Está basada en el libro Al final derroté a Hitler, de Rubino Romeo Salmoni, y en la experiencia real del padre de Benigni, que estuvo prisionero durante tres años en el campo de cencentración de Bergen-Belsen y logró sobrevivir. La película fue un gran éxito financiero y de crítica, y ganó tres Oscar, a la Mejor Banda Sonora, al Mejor Actor y a la Mejor Película Extranjera en la ceremonia de 1998, además de muchos otros galardones internacionales.

La película comienza con la voz de un narrador, diciendo: Esta es una historia sencilla, pero no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como una fábula, está llena de maravillas y de felicidad.
En 1939, Guido Orefice (Roberto Benigni), un alegre, divertido y carismático joven italiano de origen judío, llega a la casa de su tío en Arezzo para trabajar como camarero en su hotel. Allí conoce a una joven y bella profesora llamada Dora (Nicoletta Braschi, esposa en la vida real de Roberto Benigni), de la que se enamora inmediatamente y hace lo posible por conquistarla, llamándola princesa y saludándola alegremente con la frase ¡Buenos días, princesa! cada vez que la ve, pero ella es la prometida de un fascista llamado Rodolfo.

La primera mitad de la película muestra el cambio político que se está produciendo en el país. Guido imita la forma de caminar de los soldados nazis y parodia sus teorías racistas y pseudocientíficas. Un día, al hotel donde trabaja Guido llega un médico (Horst Buchholz) que enseguida se hace amigo suyo, ya que los dos son aficionados a las adivinanzas y pasan el tiempo planteándoselas el uno al otro. Cuando en el hotel se celebra la fiesta de compromiso de Rodolfo y Dora, Guido llega y le confiesa sus sentimientos por ella. Dora, que nunca ha estado verdaderamente enamorada de Rodolfo, se va con Guido en su caballo pintado en verde. Mientras todo esto ocurre, el avance del fascismo es cada vez más evidente: el negocio del tío de Guido y su caballo aparecen frecuentemente cubiertos con pintadas y mensajes antisemitas.

Seis años después, en 1945, Guido y Dora están casados y tienen un hijo, llamado Giosuè (Giorgio Cantarini). A pesar de la guerra y de la invasión nazi de Italia, siguen siendo felices. Guido abre una librería y Dora continúa con su trabajo como profesora. El día del cumpleaños de Giosuè, Guido, su tío y Giosuè son detenidos debido a su origen judío y subidos a un tren rumbo a un campo de concentración. Aunque Dora no es judía, exige subir también al tren para permanecer junto a su familia, pero al llegar al campo, los hombres y mujeres son inmediatamente separados y el tío de Guido y muchos otros son enviados directamente a las cámaras de gas, ya que no se les considera útiles para trabajar. Guido oculta a su hijo la terrible situación que están viviendo, haciéndole creer que es sólo un juego en el que deben ganar puntos, y el primero que gane 1000 puntos ganará un tanque auténtico. También le dice que si llora, pide comida o quiere ver a su madre, perderá puntos, mientras que si se esconde de los guardias del campo ganará puntos extra.

Guido usa esta fantasía para justificar la realidad que les rodea: los guardias les tratan mal porque quieren el tanque para ellos y el número cada vez menor de niños (que están siendo asesinados) se debe a que están escondidos para ganar puntos. Guido consigue convencer a Giosuè para que no quiera marcharse diciéndole que van en cabeza y sólo necesitan un poco más de tiempo para volver a casa con el tanque. A pesar de estar rodeados de horror y muerte, Giosuè acaba creyéndolo todo gracias a la convincente historia que le cuenta su padre y a su propia inocencia.

Un día, Guido se encuentra con el médico que conoció en el hotel, convertido en oficial de las SS, que está seleccionando a los prisioneros que serán enviados a las cámaras de gas. Al ver a Guido, le reconoce y no le envía a las cámaras, y hace que trabaje como camarero en una cena que van a celebrar los altos mandos militares del campo. Guido aprovecha para llevar a Giosuè con él y sentarle en la mesa de los niños para que por un día coma bien. A partir de este momento, las esperanzas de salir de aquel lugar empiezan a surgir.

Una noche se observa un gran revuelo en el campo, y Guido comprende que se debe a que los alemanes se están retirando, los Aliados se acercan y, por tanto, la guerra ha terminado. Los alemanes quieren matar a todos los prisioneros antes de que los Aliados los liberen, y Guido ordena a Giosuè que se esconda hasta que todo se calme. Mientras, él va en busca de Dora para marcharse todos juntos, pero no logra encontrarla y es detenido y fusilado por uno de los guardias. A la mañana siguiente, los alemanes han huido y los prisioneros sobrevivientes consiguen salir del campo. Giosuè sale de su escondite cuando el campo ya está vacío y se encuentra con un soldado estadounidense que le sube con él en su tanque. Por el camino, junto a todos los prisioneros libres que se dirigen a sus casas, Giosuè encuentra a su madre y se reúne con ella, contento porque su padre tenía razón: habían ganado.

La película finaliza con la misma voz del inicio, que resulta ser la de Giosuè, ya adulto, diciendo: Esta es mi historia. Ese es el sacrificio que hizo mi padre. Aquel fue el regalo que tenía para mí.